sábado, 28 de febrero de 2009

Magia, física y química...

Los que me conocen saben que me encanta la Ciudad Vieja, no se que tiene pero cuando camino por ahí algo me hace poner automáticamente de buen humor y siento una mezcla entre paz y felicidad bastante rara... Puedo pasar horas en la Plaza Matriz o en la Zabala sentada mirando a la gente, pensando en un montón de cosas, escuchando música, leyendo algún libro, tomando un café o hablando con alguien. No se por que esas calles me dan una sensación tan linda...

Miro los edificios, saco fotos y puedo perderme por mucho tiempo en esas librerías viejas con bibliotecas enormes de madera donde parece que el tiempo no pasa. Debo haber recorrido todos los museos de la zona demasiadas veces ya, el silencio del Cabildo en la tarde es encantador.

Tanta gente de todo tipo, oficinistas, turistas, artesanos, vendedores... Y yo, caminado por ahí sin tener mucha idea de a donde voy... Los días de lluvia terminan en alguno de los tantos barcitos con ese olor a café que llena el alma (lástima que no existe mas aquella confíteria de la esquina), mirando por la ventana como la gente corre para escaparse de la lluvia.

Hace muchos años trabajé en la Ciudad Vieja y la mañana empezaba juntándonos para desayunar mientras programábamos el día laboral, al mediodía volvíamos a la Plaza Matriz para almorzar. Siempre veíamos a un tipo que se llevaba todas las miradas del grupo. Un mediodía almorzando al sol lo vimos sentado en el mismo banco al que iba todos los días a almorzar. Mis compañeras, babosas por demás apostaron el almuerzo a que yo no me animaba a hablarle y lograr que almorzara con nosotras. Yo que no sabía perder en ese entonces (creo que ahora tampoco, bah), acepté el reto y fui hasta donde el estaba.

Lo hice lo mas simple que pude y le dije : "Hola, te vemos acá todos los días, mis compañeras están locas por vos y me apostaron el almuerzo a que no conseguía que vos almorzaras con nosotras, si me hacés el favor, te invito yo"

Me dijo que se llamaba "F" y que aceptaba encantado, fuimos a la mesa donde me esperaban mis tres compañeras totalmente boquiabiertas sin poder creer que yo lo convenciera.

Empezamos a hablar de todo un poco, T y G trataban de llamar la atención de F a toda costa, pero por algún motivo el y yo hablábamos entre nosotros sin prestarles atención. Llegó la hora de volver a trabajar y nos despedimos: "Nos vemos mañana", dijo y se fue.

Los días siguientes pasaron en almuerzos juntos y algún café a la tarde en ese mismo banco donde el siempre se sentaba. Un día le pregunté por que siempre ese y no otro, que además siempre estaba libre a la hora que el iba, cosa rara en la Ciudad Vieja al mediodía. "Es que este banco es mágico", esa fue su explicación. Lo miré un poco sorprendida y siguió hablando.

F - "Yo creo en la magia, vos no?"
Y - Hmmm, si, creo que creo...
F - Pero no todo es magia... Fijate acá, vos y yo... Eso es química...
Y - O_o
F - Esto que hay en el aire cuando estamos vos y yo, así juntos... Eso es química... Y también física...
Y - (Mirándolo sin saber que decir) Ajá...
F - (Acercándose y diciéndolo muy bajito, como si no quisiera que nadie mas lo escuche) Vos y yo, acá, ahora, todos estos días es simplemente magia, física y química...
Y - (Totalmente incapaz de hacer algo que no fuera mirar esos ojos) Magia, física y química...
F - Es tarde, tengo que volver a la oficina (Me acarició la mejilla en un par de segundos que parecieron eternos y se fue).

Al día siguiente el trabajo me llevó fuera de la Ciudad Vieja, volví un par de días después pero no lo encontré y no pude avisarle que ya no iba a volver porque ahora estábamos en la otra punta de la Avenida 18 de Julio.

Algunos meses después fui a la Ciudad Vieja por trámites y me senté en una mesa de la Plaza Matriz a tomar un café y escuchar una banda que tocaba algunos temas clásicos y muy cursis en el medio de la peatonal Sarandí. Y al rato lo vi, sentado a dos mesas de donde estaba yo. Mientras pensaba que hacer, si ir o no, que decirle si iba y todas esas cosas empezó a llover y mientras sonaba .... El se paró para irse y me vio, le sonreí y el también. En ese momento cruzaron por adelante mio dos personas y cuando terminaron de pasar el ya no estaba.

Me paré y me puse a mirar para todos lados buscándolo, pero no pude encontrarlo... No podía haber desaparecido así en un par de segundos... Esas cosas solo pasan en las películas, la lluvia, la música cursi, el momento de encuentro, algo se cruza en tu visión y de golpe ya no está, eso no pasa de verdad... Pero no estaba... Capaz que lo imaginé...

Me quedé un rato ahí esperando no se que, sin importarme que la lluvia ahora cayera mas fuerte. Nunca mas vi a F, pero creo que siempre que voy a la Plaza Matriz, miro ese banco como buscándolo, sabiendo que no va a estar.

Puede tener algo que ver con eso que me guste tanto la Ciudad Vieja...

Tal vez sea simplemente una cuestión de magia, física y química...

5 comentarios:

hhhhhh dijo...

muy bueno, pensar q a mi la CV no me trae tan lindos recuerdos ahora xq mi ex es de ahi y trato d no pasar xq todavia siento cosas adentro, todo es muy raro. me encanta como escribis, nunca pensaste en escribir cuentos?

saludos

_aRa_ dijo...

La Ciudad Vieja es hermosa!

Nunca pensé en escribir cuentos ni nada muy enserio en realidad... Tengo un nivel de autocensura demasiado alto :P

Gracias por el comment tan lindo Prof! :P

Anónimo dijo...

Terrible historia...

Para cuento le faltaría el final feliz, reencuentro en slow motion... sinó no vende :P

_aRa_ dijo...

Jajaja!!! Si, estoy pensando en agregarle algo así y venderlo como idea para una mala película cursi :p

Además a esta si se le puede poner el "basado el hechos reales" :P

Poker Gambling dijo...

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