lunes, 28 de abril de 2008

Ojo por ojo y teclado por mesa...

En la vida todo vuelve...

Lo confirmé en la casa de mi novio, mientras lloraba mirando "Los puentes de Madison" y tiré un vaso de Coca Cola que estaba en el escritorio. El contenido del vaso (que no era mucho pero alcanzó inexplicablemente para causar tantos desastres), fue a caer repartido así:

-Un poco en el piso.
-Un poco menos en el escritorio.
-Muchísimo (por no decir casi todo) en mi pantalón blanco.
-Muy poco en la silla (pero dejó una marca que hace parecer que fue mucho mas).
-Y la menor cantidad en el teclado.

Traté de limpiar todo lo mas rápido posible, pero el teclado (que parecía indestructible), ya no es el mismo. No es que haya dejado de funcionar, es que las teclas se hicieron "muy unidas"... Uno toca una tecla y aparecen dos o mas caracteres distintos en la pantalla. Por ejemplo cuando toqué la H apareció "HJN". Aunque tratamos de salvarlo la cosa terminó en cambio de teclado.

Se preguntarán que tiene que ver esto con la frase que da inicio a este update, no? Bueno, digamos que la historia es la siguiente.

Cuando mi novio y yo llevábamos unos cuatro o cinco meses juntos en la semana de turismo del 2006 el llegó una tarde con un huevo de pascua para mi hijo. El enano trató de romperlo un par de veces sin obtener buenos resultados, por lo que mi novio lo intentó metiéndole un poco mas de creatividad y fuerza... Para que se imaginen un poco la situación les voy a contar que el huevo era Arcor unos que adentro vienen con un juguete que es una tortuguita para armar (al mejor estilo Kinder Sorpresa), viene envuelto en el típico papel de todos los huevos de pascua y adentro el huevo tiene otro envoltorio de papel aluminio, de tamaño creo que esos son de unos 200 y algo de gramos.

Abrió bien el papel del huevo de pascua para que cuando rompiera el huevo los pedazos de chocolate se quedaran ahí y le dejó el papel de aluminio. Y para divertir al enano dijo "Golpe de karateeeeee!!!", y le pegó al huevo como quien intenta partir un bloque de concreto con la mano. Pero lo que pasó era lo único que no podíamos esperar...

El huevo rompió la mesa, que era de esas mesas blancas de jardín, había quedado como un nido, el papel rodeaba el huevo hundido en la mesa. No lo podíamos creer y yo, no podía parar de reírme con el enano mientras mi novio miraba la mesa incrédulo.Decidimos revisar la mesa por abajo y confirmamos lo que parecía desde arriba, la había transpasado y descansaba tranquilamente como en un nidito. Sacamos el huevo y el papel y nos sorprendió mas todavía ver que el agujero en la mesa era casi casi igual que la forma del huevo. Pero lo mas difícil de creer fue que el huevo no se rompió, no tenía ni una marca. Les juro que se necesita una foto para hacerle justicia a semejante hazaña, pero por desgracia no contamos con imágenes de este momento histórico.

Tratamos de pegar los pedazos de mesa con "La Gotita" pero fue imposible, mi hijo estaba preocupadísimo porque decía que "la abuela se va a enojar mucho" y eso no ayudaba en nada a mi novio que pensaba que mis padres iban a matarlo, o por lo menos a odiarlo bastante, no es bueno romperles una mesa a tus suegros cuando te conocen hace algunos meses. Al final llegó mi madre y no le dio importancia, se empezó a reír y le dijo que "menos mal que había roto la mesa, porque necesitaba una excusa para cambiarla". Por un tiempo no hubo vez que el fuera a casa y no lo jodieran con lo de la mesa, sobre todo en pascuas. Por las dudas ya no rompemos mas huevos de pascua sobre ninguna mesa.

Y como les decía al principio de este update, en la vida todo vuelve, el me rompió una mesa, yo un teclado (y la mancha en la silla). Pero hay quienes dicen que todo vuelve por triplicado, así que mejor tené cuidado amor, si contamos la silla son dos cosas, me falta una para quedar a mano, pero me pregunto que será...

1 comentario:

david santos dijo...

De acurerdo.
"En la vida todo vuelve". San las vueltas de la própria vida.
Vai y vuelva, pero tien un final: no vuelve más.
Es asi nuestra vída: es como rl viento: vuelve siempre, pero un día nuestros sentimientos ya no lo siente.
Adoré tu excelente postagene.